jueves, 26 de noviembre de 2015

La verdadera clase no tiene nada que ver con cómo vistes, es algo que se lleva en el alma


(Imagen de Google)


Madre mía, voy a tener que dejar de leer esos libelos asquerosos y repugnantes que son los suplementos dominicales, pero especialmente los que sacan con motivo de las Navidades. Vaya sarta de gilipolleces, una detrás de otra, con el simple propósito de que compremos mucho, consumamos más todavía y de paso, nos sintamos mal.
Qué hartura de mujeres delicadas, etéreas, envueltas en colorinchis con el maquillaje y la ropa. Mujeres que no se pueden alejar más de la realidad, con sus gestos de hastío, de cabreo, de estreñimiento, pero que a mi me dan ganas de embucharlas un cocido madrileño hasta que revienten. El caso de los hombres da más gustirrinín a la vista porque suelen estar bastante sanotes, fibrados cuando no musculosos...y da una alegría a la vista que no se puede comparar. No voy a entrar en la eterna polémica de porqué los hombres parecen ejemplares sanos y bien proporcionados de homo sapiens en edad reproductora y ellas la mismísima imagen rediviva de la protagonista del retrato de Klimt  (Adele Bloch Bauer) tema central en una reciente película con Helen Mirren. En fin, a mi, personalmente, me repele mucho. Y me rebelo. No sólo por la pervivencia de la tiranía de este tipo de  estereotipos machistas, caducos y recalcitrantes, sino por el concepto en sí, la idea que quieren transmitir con todas esas páginas de papel cuché llenitas hasta los topes de cosas; el mensaje no podría ser más claro, lo que pasa es que somos unos imbéciles redomados y nos tragamos cualquier cosa. Señores, por favor, un poco más de criterio. En algún momento nos daremos cuenta de que todas esas cosas que nos venden las revistas: joyas que no podremos comprar salvo que vendamos tres riñones (uno se lo podemos quitar al abuelo, que ya casi no lo usa) coches de gama estratosférica para súper triunfadores que nos arruinarían sólo con poner el agua de los limpia, viajes a paraísos para privilegiados laborales (si eres mileurista no llegas ni al metro del aeropuerto) y demás artículos de lujo lujoso (ya sabéis, un café que sale por el culo de un bicho, una especie de nutria pequeña o tal vez una rata gigante, perfumes hechos con el quinto elemento del universo conocido y demás chorradas hiper-pijas-pero-mega-inútiles) que realmente no necesitamos. Y me pregunto: tal y como están las cosas a día de hoy, en España, en el mundo, la crisis económica, el cambio climático, la corrupción, el terrorismo, el precio del papel higiénico... ¿es realmente necesario exponer de una forma tan gratuita y descarnada la diferencia existente entre la "clase alta" y la clase media, perdón, la clase trabajadora....no, tampoco que de eso no hay mucho....la otra clase?. Es que se regodean en el lujo, en la exclusividad, en los detalles artesanales y primorosamente cuidados que sólo una persona experta y amante del lujo podría apreciar... obviamente los demás somos unas víctimas del sistema público educativo y de las becas y no seríamos capaces de distinguir un polo Lacoste de uno Ralph Laurent...si es que nos estamos echando a perder. Bueno, todo esto viene a colación de un artículo que leí en cierto especial Ideas-para-regalar-por-navidad-con-mucho-estilo-y-mucha-pasta, con una ilustre invitada, ex mujer del hijo de una difunta Grande de España, muy mexicana y muy rica ella, con unas ocurrencias tan graciosas como la frase que da título a este post (" La verdadera clase no tiene nada que ver con la forma como vistes, es algo que se lleva en el alma y eso es lo que trato de enseñar a mis hijos")... Pues buena suerte, bonita. Si de mi dependiera la echaba de España a patadas...ella solita se define, pero lo increíble es que refleja la estupidez y la gazmoñería a la que hemos llegado en este país, donde se encumbra y se sostiene a toda clase de personajes que, sin llegar a haber participado en Gran Hermano, podrían haber sido producto suyo. Otra revista tonta de estas ahonda más en la herida, con un reportaje en el que vari@s descendientes de estos grandes e ilustres nobles que ha parido España, nos van a regalar sus "mejores ideas y trucos para decorar con estilo tu casa en estas fiestas tan entrañables"... En serio, ya, venga, ya vale por favor... que me da vergüenza que con la que está cayendo y con la certeza de que este invierno (a estos editores de revistas les recuerdo que las Navidades se comprenden dentro de éste muy frío período estacional) mucha, pero que mucha gente, va a dormir en la calle, no tendrá nada que comer, ni cenar, ni regalos que poner debajo de un árbol, ni mantas bajo las que cobijarse del frío ni nada, así que me parece insultante que se dediquen a darnos lecciones de estilo, cuando lo que esta gentuza necesita es recibir clases de humanidad.

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