lunes, 18 de marzo de 2013

Vuelta al principio (Aquellas maravillosas hormonas) (parte 3ª)




                                                                 ( Imagen de Google)

Yo no sé qué cóctel explosivo de hormonas nos sueltan por el torrente sanguíneo a las embarazadas que nos hace estar y ser así de raras, emotivas, sensibles, dormilonas, hambrientas, irritables y ñoñas. Para mi ha sido como tener el estado emocional del síndrome pre menstrual magnificado hasta cien  (seguro que mi chico dice que por lo menos hasta mil .... una miajilla exagerados sí que pueden llegar a ser). En fin, que sí, que toca asumir que se te pone todo patas arriba.  Os voy a dar una serie de datos curiosos por si no os lo habíais preguntado alguna vez pero siempre quisisteis saber:

-En el momento de la concepción el hombre libera en la mujer 500 millones de espermatozoides... pero sólo llegará uno, el más rápido y fuerte (por eso de mejorar la especie, asegurarse la calidad genética de los individuos y.... me vais a dejar que haga un chiste muy malo y muy viejo, porque probablemente éstos se niegan a preguntar la dirección y se pierden por el camino... jejeje y qué eficiencia la del óvulo ¿eh?, el solito, sin ayuda de ningún otro...). Lo cierto es que las últimas investigaciones parecen afirmar que el espermatozoide tiene olfato y es capaz de oler al óvulo, pero sigue existiendo mucha controversia al respecto.
-Un hecho que sí se conoce es que la cafeína estimula a los espermatozoides, haciendo que éstos sean más veloces y tengan más movilidad.
-El espermatozoide tarda 10 horas en encontrarse con el óvulo y después de un día ya comienza a haber cambios en él. A la semana el óvulo se instala en el útero.
-El primer órgano que se crea es el cerebro y después el corazón.
- Tanto el padre como la madre aportan exactamente la misma carga genética. Es curioso cómo funcionamos, pero al parecer sólo nos distinguimos del mono en el 50% de nuestra carga genética; un cuarto de nuestros genes es igual que el de los perros y tan sólo un tercio de un narciso...fascinante, ¿no?.
- Antes se creía que el color de los ojos venía determinado por un sólo gen, aunque ahora han descubierto que son varios los genes que intervienen en la selección definitiva y no basta con observar a los padres.

Después de este momento Redes para la Ciencia de Punset os preguntaréis qué estoy intentando decir. Sucede que últimamente me estoy topando con un montón de programas de la tele, documentales y comentarios de gente y situaciones que me recuerdan constantemente (como si fuera fácil olvidar que llevas una sandía de 5 kg permanentemente encima que te estruja amorosa y cordialmente como una boa constrictor todos aquellos órganos que comprenden desde el estómago hasta la vejiga). Concretamente hay una cadena de televisión que se debe haber propuesto fomentar la natalidad entre las españolas al programar una serie sobre una comadrona durante la Segunda Guerra Mundial en el Reino Unido y sus vivencias. Estos episodios suelen ir arropados por documentales sobre embarazos, madres gestantes en su día a día,  las maravillas de la lactancia y partos o bien con programas sobre cómo una asesora súper estupenda te pone divina con unos cuantos trucos de belleza, llevándote de compras por las tiendas más pijas y chachis y con una serie de consejos para los futuros padres primerizos... Lo que hay que ver... idiotizadas frente a la tele tragando telebasura ... a ver si nos va a salir el niño adicto a Gran Hermano o Jersey Shore por culpa de ésto... En fin, a lo que iba, en uno de éstos documentales, la presentadora (también embarazada y británica) entrevista a siete mujeres en su mismo estado pero cada una de una edad distinta, desde la adolescencia hasta la cuarentena. Hubo partos en bañeras, en hospital, con analgesia, sin nada de nada, y cesáreas.... No sé si se tratan de animarte o desanimarte, la verdad, pero yo cada vez que veo a una mujer sacando un pedazo de niño por entre las piernas o por la tripa en el caso de una cesárea  (madre mía es lo más espeluznante que he visto después de Cuerpos Embarazosos y sus prolapsos de ano) se me abren las carnes. La aterradora idea de sacar de tu cuerpo un ser de aproximadamente 50 cm (¡¡¡50 cm madre mía!!!, que yo cada vez que cojo una regla y miro lo que son de verdad esos 50 puñeteros cm me da un vahído ...) me parece "im-presionante", en dos palabras, así que intento esquivar las escenas de partos. Pues eso, en este reportaje el planteamiento de estas mujeres sobre el embarazo era, en el caso de las adolescentes era de inevitabilidad y en el de las de más edad, a pesar de ser deseados, era una cuestión de deber: -"porque era lo que tocaba y es que la sociedad presiona mucho". Me quedé de piedra pómez, la verdad, porque tener un hijo, ya sea como madre soltera, emparejada, mayor o joven es una gran responsabilidad y con todas las satisfacciones que deben de proporcionar los hijos y el amor y bla, bla, la carga es tremenda; uno no debería planteárselo como "una cuestión más" sino como un escalón más en la vida, un proceso de desarrollo personal deseado, un reto humano y humanístico del tamaño de los trabajos de Hércules (limpiar mocos verdes que tienen vida propia, cacas verdes y de infinitos colores que también parecen tener vida propia, aguantar noches en vela por los gases, los dientes, las pesadillas y gastarte hasta lo que no tienes en cubrir ese divino cuerpecito que Dios y vosotros dos, amantísimos padres, le habéis dado) debe de acabar con la paciencia de cualquiera. Así que cuando alguien me pregunta que qué tal lo llevo, si me creo preparada, qué pienso de cómo lo está encarando mi pareja pues.... qué se yo, lo cierto es que: no tengo ni repajorera idea de si estoy preparada y francamente no creo que nadie que nunca antes haya pasado por ésto lo sabe con certeza; lo llevo lo mejor que puedo, que dadas las circunstancias y teniendo en cuenta que las clases de preparación al parto nunca podrán prepararte del todo para esto y que hay cien millones de comentarios bienintencionados que acaban desanimándote más que otra cosa, lo llevo y respecto a lo que piensa mi pareja: como por suerte no es un idiota descerebrado, más obsesionado con tener sexo que un mandril en pleno celo, incapaz de soltar el mando de la consola, dejar de ver el fútbol, bajarse al bar los fines de semana y hacer otras cosas que supuestamente hacen los hombres en estas circunstancias (las desconozco todas) pues estoy muy contenta la verdad, no lo cambio por ningún otro detergente.

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